Aquí os dejo una noticia sobre los cambios que se están produciendo en China. Además de hacer lo de siempre con las noticias, debéis investigar sobre el origen del actual sistema político de China y el origen de las transformaciones que han convertido a China en una potencia económica. Es importante que reflexionéis sobre el tipo de industria en que se basa su desarrollo y las consecuencias que eso tiene en la propia China y en el mercado internacional entre países.
China emprende el gran
salto de duplicar la renta per cápita de su población
La cúpula del Partido Comunista inicia la
reunión secreta para delinear las reformas económicas
Dairo “El País”: JOSE
REINOSO Pekín 9 NOV 2013
Cuando los nuevos líderes chinos,
encabezados por Xi Jinping,
ascendieron al poder en el 18º Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) en
noviembre de 2012, prometieron llevar a cabo profundas reformas económicas y
construir una sociedad más rica. Xi fue designado en aquel cónclave secretario
general del PCCh, y en marzo pasado fue nombrado presidente del país. Desde
entonces, ha ido asentando su poder y ha despejado algunos últimos obstáculos heredados de su
predecesor Hu Jintao, como el
escándalo del exlíder del PCCh en la municipalidad de Chongqing y potencial
rival Bo Xilai. Bo fue condenado
a cadena perpetua en septiembre por soborno, malversación y abuso poder.
Un año
después del congreso, ha llegado el momento de tomar decisiones y anunciarlas.
China celebra desde este sábado y hasta el martes en el más absoluto secreto
una importante reunión del partido en la cual se prevé que fije la agenda de
las reformas que deberá llevar a cabo durante los próximos años con objeto de
bascular del actual modelo de desarrollo, basado en la inversión y las
exportaciones, a otro más ligado al consumo interno, y hacer el crecimiento más
sostenible después de tres décadas de expansión vertiginosa. Algunas cuestiones
sociales y políticas serán abordadas también en el conciliábulo, pero se da por
descontado que no se producirán reformas democráticas de estilo occidental.
El Tercer
Pleno del 18º Comité Central del PCCh —organismo integrado por 205 personas—
debe revelar hasta qué punto la nueva dirección china está comprometida con la
necesidad de modificar un sistema, que, según ha reconocido el propio Gobierno,
ha llegado a un punto de inflexión: ha perdido fuelle, y sufre exceso de
capacidad industrial, un alto nivel de endeudamiento y precios inmobiliarios
astronómicos.
“El
proceso de reformas chinas se ha estancado en la última década, lo cual ha
causado una grave crisis en la política china”, asegura Yao Zhongqiu,
investigador y vicepresidente del Comité Académico del Instituto de Economía
Unirule, un organismo privado con sede en Pekín.
Las
posiciones coinciden dentro y fuera del país: sin reformas profundas, China
corre el riesgo de caer en la llamada trampa de los ingresos medios, situación
en la cual un país se estanca debido a la entrada en competición de otros
países con costes de producción inferiores, mientras aún se encuentra lejos de
economías que fabrican bienes de alto valor añadido. El Gobierno se ha fijado
como objetivo que para 2020 toda la población —urbana y rural— duplique los
ingresos per cápita respecto a 2010 (eran 7.519 dólares, según la OCDE; la
renta per cápita de España era ese año de 31.904 dólares).
El Centro
de Investigación de Desarrollo del Consejo de Estado —un organismo de reflexión
estatal— ha resaltado ocho áreas clave de reforma para construir “una economía
de mercado dinámica, liderada por la innovación, global y pacífica bajo el
gobierno de la ley”. En el núcleo del plan, está “gestionar de forma adecuada
las relaciones entre el Gobierno y el mercado”.
Las ocho
áreas que cita son: las industrias monopolio, el suelo, las finanzas, los
sistemas de impuestos y fiscal, la apertura de la economía, la administración
del Gobierno, los activos de propiedad estatal y el impulso de la innovación y
el desarrollo ecológico. El informe sugiere la necesidad de mejorar el acceso
al mercado y la competencia en industrias cruciales como la ferroviaria y la
petrolera. Se prevé que el denominado tercer pleno proporcione el marco amplio
de las políticas, más que detalles de cómo va a transformar China su economía.
Las
empresas estatales serán uno de los temas fundamentales de la reunión. Los
expertos creen que las autoridades no están preparadas para modificar
profundamente la situación de los gigantes que dominan desde el sector
energético a la banca, y que las privatizaciones están fuera de la agenda,
aunque podrían adoptar decisiones audaces para hacer frente a los poderosos
grupos de interés en los monopolios estatales, que pueden resistirse a los
cambios.
Sí se
esperan más detalles en otras áreas importantes, como las reformas financiera,
fiscal, del suelo, de la administración del Gobierno, los precios de los
recursos y la seguridad social, y la apertura de sectores protegidos a la
competencia extranjera.
Entre los
principales cambios que se prevén hay medidas para liberalizar los tipos de
interés bancarios —el mercado jugaría un papel mayor— e introducir mayor
participación privada en el sector. Más lenta parece la transformación del
sistema fiscal para permitir a los Gobiernos locales gestionar mejor su
endeudamiento y no tener que confiar en las expropiaciones y la venta de suelo
para obtener dinero.
En el
ámbito social, uno de los temas candentes es el proceso de urbanización. El
Gobierno quiere que la economía dependa menos de la inversión y las
exportaciones, y más de los servicios y el consumo interno. Esto implica
impulsar la urbanización del país, asentar a cientos de millones de habitantes
de las zonas rurales en ciudades y modificar el sistema actual de registro de
residencia o hukou, que impide en la práctica a los emigrantes instalarse con
sus familias en las ciudades porque no tienen los mismos derechos sociales,
educativos y sanitarios que los locales. Se esperan medidas para relajar
progresivamente estos controles. El pleno podría estimular también reformas
para permitir algún día a los campesinos vender la tierra cuando dejan el
pueblo.
“No es
probable que el tercer pleno termine con compromisos ejecutables para reducir
la malversación o los privilegios de las empresas estatales. Lo máximo que se
prevé son medidas orientadas a incrementar la transparencia de la financiación
de los gobiernos locales y a facilitar la entrada de más capital privado en las
empresas estatales”, afirma en un documento Mario Esteban, investigador sobre
Asia-Pacífico del Real Instituto Elcano, en Madrid. “Algo más factible parece
el establecimiento de un nuevo régimen de propiedad de la tierra en el mundo
rural, que elevaría el nivel de ingresos de los campesinos y la oferta de
viviendas. Donde sí se esperan avances más concretos es en cuestiones menos
controvertidas como la progresiva liberalización de los tipos de interés y del
yuan, el incremento del gasto social y la relajación de la política del hijo
único y del sistema de registro de residencia”.
Los
mandatarios chinos han prometido una sociedad más armoniosa, lo cual implica
reducir las grandes brechas sociales y atajar los crecientes problemas
medioambientales. La creación de una economía más equilibrada ya fue un
objetivo de la generación previa de dirigentes, pero no hubo grandes avances en
este sentido. Xi Jinping y su primer ministro, Li Keqiang, parecen más
decididos a alcanzarlo, ya que han declarado públicamente que tolerarán un
crecimiento económico menor mientras llevan a cabo las reformas. Para Xi y Li,
lo importante es la estabilidad del crecimiento, no tanto que el ritmo sea
alto. Desarrollo con más calidad, aunque sea más lento. Aun así, Li ha
recordado esta semana que China necesita crecer un 7,2% anual para garantizar
suficientes puestos de trabajo. La economía subió un 7,7% el año pasado, y se
prevé que en 2013 lo haga un 7,5%, el menor valor en 23 años.
Como es
norma de la casa, la aproximación a los cambios será gradual. La estabilidad
económica y social continúa siendo la prioridad del Ejecutivo. Los próximos
meses mostrarán la rapidez con la que quieren o pueden avanzar Xi Jinping y su
cohorte
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