El Rey
abdica
Dos años y seis semanas después de la caída en Botsuana, Don Juan Carlos, de 76 años, ha decidido abdicar. Lo ha
anunciadoMariano Rajoy a través de una declaración
institucional llena de alabanzas hacia el monarca, que ha reinado durante casi
39 años. Al mediodía, el propio Rey explicará más. El vacío legal le obliga a
quedarse un tiempo.
Ha sido un secreto bien guardado hasta
hoy. Según fuentes oficiales, el Rey empezó a pensarlo el pasado mes de enero,
después deequivocarse al leer en la Pascua Militar. Se trata de
una decisión estrictamente personal. La recta final comenzó en Semana Santa:
desde el viaje a Oriente Medio lo ha meditado
"seriamente" y lo ha transmitido a más de un interlocutor. Como Alfredo Pérez Rubalcaba, el Rey se va pero se queda. El
vacío legal existente en España respecto a la sucesión hace que el monarca
tenga que esperar hasta que el proceso, inédito en nuestro país, haya
terminado.
Mañana, Consejo de Ministros
extraordinario. Después, un proyecto de ley orgánica que ha de ir a las Cortes.
La escenificación, esta mañana, estaba bien prevista: a primera hora, Rajoy ha
ido a Zarzuela a presenciar la firma del decreto por parte del Rey. Después, ha
convocado el Consejo extraordinario de ministros. El Príncipe llegó
una hora antes de El Salvador, donde fue a presidir
una toma de posesión.
Han sido 25 meses y medio muy duros:
cinco operaciones quirúrgicas; el escándalo de su yerno, Iñaki Urdangarin, acusado de corrupción; la irrupción
pública de la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, introductora
internacional de capital y amiga íntima del monarca; más de una caída pública y
privada; los rumores acerca del mal estado del matrimonio del Príncipe y su
bajón en picado en las encuestas después de la debacle de Botsuana. A partir de
hoy se termina el drama y comienzan los halagos.
'El mejor momento'
En su declaración institucional, Rajoy ha anunciado que Don Juan Carlos le
ha comunicado que está convencido de que es el mejor momento para que pueda
producirse con toda normalidad el cambio en la Jefatura del Estado y la
transmisión de la Corona al Príncipe de Asturias.
El presidente del Gobierno ha anunciado
que ha convocado para mañana martes un Consejo de Ministros extraordinario
para "poner en marcha las disposiciones constitucionales". Al
tratarse de una abdicación, será necesario aprobar una ley orgánica, pero Rajoy
ha confiado en que "en un plazo muy breve" las Cortes puedan
proclamar Rey al Príncipe de Asturias.
Rajoy ha confiado en que "esta nueva página" de la historia de
España se escribirá "en un clima sereno, con tranquilidad y con
agradecimiento" a la figura del Rey, al que ha querido rendir homenaje
como "el mejor símbolo de la convivencia en paz y libertad" de los
españoles y el "principal impulsor de la democracia".
El presidente ha asegurado que la preparación, el carácter y la amplia
experiencia en asuntos públicos del Príncipe Felipe constituyen una
"sólida garantía de que su desempeño como jefe de Estado estará a la
altura de las expectativas".
Así es el proceso de abdicación
1. El escrito de abdicación debe ir
refrendado por el presidente del Gobierno a los efectos formales de
conocimiento.
2. El presidente del Congreso, que a
estos efectos ejerce como presidente de las Cortes, convoca a las dos juntas de
portavoces, reunión a la que asisten el presidente del Senado y el ministro
encargado de las relaciones del Gobierno con las Cortes, para acordar el orden
del día, que debe tener ese solo punto. En dicha reunión se explicita si algún
grupo tiene dudas sobre la validez jurídica del escrito de abdicación.
3. Si no las hay, la reunión conjunta
de las Cámaras sería muy corta. El presidente del Congreso, que encabeza la
reunión, da lectura a un escrito muy breve, que se referirá exclusivamente a la
aceptación de la referida validez jurídica. Nada de discutir su conveniencia,
ni de convertir la sesión en un debate sobre la monarquía ni sobre su titular.
4. Si en las intervenciones no ha
habido discrepancias, el presidente, de conformidad con los artículos 82.1 y 83
del Reglamento del Congreso, propone la aprobación por asentimiento.
5. Si hay discrepancia, habrá que
votar. Como lo conveniente es que la votación sea secreta, basta con que lo
pidan dos grupos parlamentarios o la quinta parte de los diputados y senadores
presentes. Si nadie la pide, puede decidirlo el presidente.
6. El presidente del Congreso dará
cuenta del resultado al rey y ordenará la publicación oficial.
7. La abdicación surtirá efecto el
mismo día de dicha publicación oficial.